KARMA

Todo comienza cuando La Fuente mana un Alma, es decir, cuando Dios se expresa en una individualidad, una nueva hoja nace del árbol. Esta nueva Alma tiene un propósito: aprender. Este aprendizaje lo emprenderá en diferentes Planos de realidad y en diferentes niveles de conciencia. El plan está diseñado, recordemos que

esta Alma es igual a Dios en sustancia y diferente en grado, es decir, su sustancia es la misma que la de Dios, pero no ha alcanzado la vibración o evolución de Dios, y esta es su misión, aprender hasta elevar su frecuencia vibratoria, su nivel de conciencia, su grado y así regresar a La Fuente, es decir, tener la misma frecuencia vibratoria para así existir en el mismo Plano de Conciencia, la misma Expresión del Ser, El Uno, El Todo!

Este plan para llegar hasta esa frecuencia es el karma. Consideremos al karma como una lista de situaciones y cosas que aprender. Esto incluye el aprendizaje de muchos Planos, no tan solo el Físico, el Emocional, el Mental y el Espiritual. Pues bien, esta lista de cosas que aprender necesita de estímulos o situaciones en las que nos enfrentemos para aprenderlas, iluminarlas y así dar otro paso más en la escala evolutiva, tildar un ítem de la lista. Aquí es donde llegan las improntas y los implantes.

Las improntas son las cosas que debemos aprender y los implantes es el estímulo que recibimos para aprender la impronta.

Así, por ejemplo, puede ser una impronta tuya el aprender sobre la generosidad, por lo que tu implante será tener abundancia y oportunidades para compartirla, pero existe el libre albedrío, así es que tienes la oportunidad también de no compartir y quedarte con todo. La vida nos pone situaciones o señales para que cumplamos con nuestras improntas todo el tiempo, según nuestro nivel de conciencia y aprendizaje es como aprenderemos. Lo importante aquí es tratar de ver el vaso con la mitad llena ante cada situación de la vida, pensando que son situaciones que debemos experimentar, vivirlas y aprender una lección de ellas y no decir “-Oh, por qué siempre me pasa esto-“, sino ser concientes de que son situaciones que debemos enfrentar. Si escapamos a una situación que para nosotros es dolorosa o incómoda, nuestro implante atraerá esa situación con más fuerza para que por fin la vivas, solo enfrentando tomamos conciencia de la verdad de las cosas. Es como una piedra en el camino con la que todos los días tropezamos, hasta que un día vamos con una pala, la movemos del camino y ya nunca tropezaremos con ella. Así hay que ver a las enfermedades, las “desgracias” y esas situaciones que odiamos y de las que escapamos como maestros, aprender la lección y podremos continuar avanzando en nuestra escala evolutiva de conciencia y energía.

No significa que si haces algo malo luego te pasará algo malo, sino que hay cuentas pendientes en esta lista que hay que cumplir, cosas que tal vez debimos aprender en expresiones de encarnaciones anteriores y no lo hicimos.

Por supuesto que tenemos en cada expresión de encarnación un Mayor Propósito, y nuestro implante siempre estará predispuesto a llevarnos hasta éste, así por ejemplo, tal vez una persona trabajó como empleado de una tienda durante años, y en sus ratos libres escribía un libro; de pronto llega a él una enfermedad que lo obliga a no ir a su empleo por unos meses, y en ese tiempo termina su libro, alguien lo lee y le llega a un editor y su libro es publicado, con gran éxito. Ya no necesita trabajar como empleado en la tienda, por lo que continúa escribiendo el resto de su encarnación, ayudando a sus miles de lectores, cumpliendo su objetivo de vida, que era el de entregar un mensaje en masa.

“El Señor actúa de maneras misteriosas…” es la frase que encuadra en este tipo de situaciones, cuando vemos cómo el Universo mueve sus piezas y éstas encajan de manera perfecta.

Debemos convertirnos en Observadores de nuestra personalidad o ego, para monitorear que se alinee con los designios del Alma, corregir suave y amorosamente cuando se desalinee y continuar con nuestra evolución.